sta semana se ha publicado en European Psychiatry nuestro artículo Lung Function Predicts Mortality in People with Serious Mental Illness: A six-year follow-up study. Aunque es un estudio breve y muy concreto, detrás hay un recorrido largo. Todo empezó en 2017, cuando nuestro grupo de investigación daba sus primeros pasos y nos hacíamos una pregunta sencilla pero poco explorada: ¿podría la función pulmonar ayudarnos a identificar a aquellas personas con trastorno mental grave (TMG) que tienen un mayor riesgo de mortalidad precoz?
Las personas con TMG viven entre 12 y 15 años menos que la población general. Pese al peso del suicidio, la mayoría de estas muertes se deben a enfermedades físicas. El tabaco, la inactividad, las alteraciones metabólicas y las condiciones de vida más precarias se acumulan a lo largo de los años y crean un terreno de vulnerabilidad física que, a menudo, pasa desapercibido. En este contexto, la salud respiratoria encaja en un cruce de caminos clave, pero históricamente ha recibido menos atención que los riesgos cardiovasculares o metabólicos.
La espirometría es una prueba sencilla y muy accesible. Mide volúmenes pulmonares como el FEV₁ y la FVC, que en estudios poblacionales son predictores potentes de mortalidad. Queríamos saber si esa relación también se observaba en personas con esquizofrenia o trastorno bipolar, fumadoras activas pero sin enfermedad respiratoria diagnosticada al inicio.
Seguimos a 107 participantes durante seis años. Ocho fallecieron en ese periodo, sobre todo por causas cardiovasculares u oncológicas. Lo que observamos fue claro:
una menor función pulmonar basal, especialmente un FEV₁ más bajo (medido en puntuaciones z), se asociaba con un mayor riesgo de mortalidad, incluso ajustando por edad, perímetro abdominal y comorbilidades cardiometabólicas.
una menor función pulmonar basal, especialmente un FEV₁ más bajo (medido en puntuaciones z), se asociaba con un mayor riesgo de mortalidad, incluso ajustando por edad, perímetro abdominal y comorbilidades cardiometabólicas.
Curiosamente, otros factores esperables —hipertensión, diabetes, dislipemia o incluso la intensidad del consumo de tabaco— no mostraron una relación tan definida con la mortalidad. La función pulmonar sí lo hizo.
Estos resultados coinciden con grandes estudios en población general, donde el FEV₁ aparece de forma consistente como uno de los predictores de supervivencia más sólidos. Los mecanismos son complejos, combinan patrones obstructivos y restrictivos, inflamación sistémica y una red de riesgos ambientales y de estilo de vida. Pero la implicación práctica es sencilla: una reducción del FEV₁ puede actuar como un “canario en la mina”, avisando de una vulnerabilidad física global.
Desde la práctica clínica, esto es relevante. La espirometría puede realizarse en centros de salud mental comunitarios, requiere poco equipamiento y ofrece resultados inmediatos. Incorporarla podría ayudarnos a identificar a quienes necesitan actuaciones preventivas más intensivas, especialmente en el ámbito del abandono del tabaco.
Este estudio también nos recuerda lo mucho que queda por hacer. Nuestra muestra es modesta y se necesitan cohortes mayores para afinar niveles de riesgo y profundizar en las causas específicas de mortalidad. Pero para nosotros esta publicación supone un paso importante en una línea de trabajo que empezó hace ocho años con una intuición sencilla.
Como tantas veces, el camino —la recogida de datos, la coordinación entre centros, las revisiones interminables, las discusiones metodológicas, el aprendizaje compartido— ha sido casi tan valioso como el resultado final.
El artículo está disponible en acceso abierto aquí:
https://www.cambridge.org/core/journals/european-psychiatry/article/lung-function-predicts-mortality-in-people-with-serious-mental-illness-a-sixyear-followup-study/F9DC1F16880037FF06EDEAB73430467D
https://www.cambridge.org/core/journals/european-psychiatry/article/lung-function-predicts-mortality-in-people-with-serious-mental-illness-a-sixyear-followup-study/F9DC1F16880037FF06EDEAB73430467D