A veces, en la universidad hablamos mucho de rendimiento, de plazos o de exámenes, pero muy poco de cómo nos sentimos mientras atravesamos todo eso.
 El estrés forma parte de la vida académica, tanto de los estudiantes como de los docentes, y aprender a gestionarlo debería ser también parte del aprendizaje universitario. 

Esta semana tuve la oportunidad de impartir un taller sobre gestión del estrés en la universidad. Comenzamos con algo tan simple como elegir una emoción o un color que nos representara, una forma amable de tomar conciencia de cómo llegamos al aula. Después, hablamos de qué es realmente el estrés y de cómo se manifiesta no solo en el cuerpo, sino también en la conducta, los pensamientos y las emociones. 

Una de las dinámicas más significativas fue la rueda de la vida: una invitación a mirar con honestidad dónde ponemos nuestra energía y qué áreas de nuestra vida hemos dejado sin cuidar. También jugamos a La carta más alta, un ejercicio que ayuda a reconocer nuestros patrones habituales cuando estamos bajo presión: complacer, controlar, buscar comodidad o destacar. Cada uno tiene su función, pero también su coste. 

El taller terminó con algunas estrategias de autocuidado: la respiración consciente, el movimiento físico o la visualización. Pequeños gestos que, con práctica, pueden convertirse en anclas frente al estrés cotidiano. 

Gestionar el estrés no significa eliminarlo, sino aprender a convivir con él sin perder equilibrio. Y quizá la universidad también sea un buen lugar para aprender eso: a parar, a escucharse y a crear espacios donde el bienestar tenga tanto valor como el conocimiento.  

📷 La foto de estos días en el despacho, café y lluvia fuera, resume bastante bien el espíritu del taller.
🎥 Puedes ver un breve vídeo en mi perfil de Instagram (@maria_jose_jaen).

Durante el taller utilizamos materiales prácticos como la rueda de la vida o la carta más alta. Si te interesa descargarlos, puedes escribir a [email protected]